Luego de ir perfeccionando año a año y proyecto a proyecto la forma de trabajo que utilizamos en el estudio de Casa Nómade, desarrollamos un sistema de cinco pasos. Este, actualmente, es el que nos permite alcanzar los resultados deseados, entendiendo que el diseño cobra vida y cumple su propósito máximo cuando es habitado, y en donde el principal enfoque va a ser el usuario.
1. Visualización del espacio
Es importante indicar que para poder comenzar a abordar el diseño de un espacio, es necesario conocerlo por completo. Es necesario identificar las falencias y virtudes de nuestro hogar para definir hacie dónde quiero dirigirme.
Una de las tareas más difíciles es reconocer qué espero de un diseño, sobretodo si debes ponerte de acuerdo con más personas. Para esto, siempre comenzamos por lo más emotivo, porque el actor principal siempre va a ser el usuario.
¿Qué siento al ingresar a esa habitación?
¿Por qué no me siento a gusto?
¿Qué creo que funciona bien y qué no?
¿La luz natural que ingresa me hace feliz o no es suficiente?
¿Puedo circular con comodidad?


2. ADN del usuario
Para crear un espacio único, personalizado y completamente diseñado a medida, es necesario comprender la identidad de sus habitantes. Aquello que los hace felices, lo que los hace sentir cómodos, lo que cumple con las necesidades de su yo personal es lo primero a tener en cuenta.
- Estudio de funciones de un espacio: comprender que es fundamental saber cuál será el destino del espacio y qué actividades se llevarán a cabo en el mismo.
- Estudio de quienes lo van a habitar: como ya hemos hablado, el usuario es nuestra prioridad. Se debe estudiar la personalidad de las personas que van a habitar el espacio, sus rutinas y comportamientos en el día a día.
- Estudio de su entorno: situar geográficamente el proyecto y conocer su contexto. Esto incluye analizar el clima y cómo puede afectarnos, si el proyecto se encuentra dentro de una ciudad o en medio de un campo, analizar todos los factores del entorno y utilizarlos de forma entendida a nuestro favor.


3. Estudio del espacio
El primer paso es hacer un relevamiento del lugar. El relevamiento no sólo nos servirá para poder armar un plano detallado, sino también para comprender factores como iluminación, circulación y funcionalidad. Para esto es necesario plasmar un boceto con las medidas correctas incluyendo todos los elementos del espacio: puertas, luces, ventanas, enchufes, columnas, etc.


4. Identidad del espacio
El interiorismo trata acerca del mundo, de la vida y de los significados existenciales, más que del sentido estético. Es una forma artística que da servicio a las funciones prácticas y cotidianas de la vida diaria. Sin embargo, no sólo surge de las realidades del uso y de la función, sino también de imágenes mentales que se van grabando en nuestras retinas de acuerdo a nuestras vivencias. Es un verdadero misterio la forma en que la estética afecta nuestra mente de manera diferente a cada uno. Es por esto, que preferimos no referirnos a un estilo particular a la hora de diseñar un espacio (nórdico, minimalista, japandi, etc.), sino dejar que cada uno defina su propio carácter. Para que un espacio realmente nos emocione, es necesario tener la capacidad de plasmar en tres dimensiones aquellas orientaciones estéticas que tienen su origen en nuestras experiencias existenciales.


5. Inversión, presupuesto y concretización
Para poder llevar a cabo el proyecto, teniendo las bases del diseño listas, es importante hablar de economía. Cómo destinar el presupuesto y qué ítems priorizar va a ser crucial para poder concretar finalmente, el espacio.

